Los africanos llegaron a Colombia principalmente durante la época colonial, entre los siglos XVI y XVIII, como resultado de la trata transatlántica de esclavos. Fueron traídos por los colonizadores españoles para trabajar en minas, plantaciones de caña de azúcar y haciendas, especialmente en regiones como la Costa Pacífica, el Caribe y los valles del Cauca y Magdalena.
A pesar de las adversidades, conservaron muchas tradiciones de sus ancestros a través de la música, la danza, la gastronomía y las prácticas espirituales. Ritmos como la cumbia, el currulao y el mapalé tienen raíces africanas. También preservaron sus costumbres culinarias en platos como el arroz con coco y los tamales. Además, la oralidad, los cuentos y rituales comunitarios mantienen vivas sus raíces culturales. Estas expresiones han enriquecido profundamente la identidad multicultural de Colombia.